Ayer tuve el gran placer de compartir con un puñado de colegas docentes (y una agente de seguros) el taller titulado Nuevas Energías en Educación que formaba parte del Programa E2= Educación + Energía, fruto de la colaboración entre la Biblioteca Nacional de España y Fundación Repsol. En él tuvimos el gusto de escuchar las conferencias de María Acaso, Heike Friere y Francisco Mora y posteriormente de compartir una experiencia de dos horas con María Acaso profundizando en los aspectos de su estupendo libro Reduvolution con diversas dinámicas e interesantes reflexiones sobre el presente y el futuro de la educación.
Lo primero que hay que destacar es la diversidad de los ponentes. Desde enfoques diferentes cada uno planteaba un cambio educativo imprescindible y urgente. La profesora Acaso clamaba por clases más democráticas, más libres, más creativas y menos constreñidas a las antiguas formas y métodos. La filosofa y periodista H. Freire nos proponía una vuelta a la naturaleza exterior e interior, a las raíces del ser humano como ente natural. Y por último el apasionado doctor Mora nos recordó a todos que sólo la ciencia tiene la respuesta que todos podemos asumir como cierta, sin opiniones ni medias tintas y nos recordó que “sin emoción no hay aprendizaje” científicamente demostrado.
Aun resonando estas palabras en mi mente como un eco en las montañas a las cuatro comenzamos los talleres. Cada ponente tenía el suyo y fue lamentable no poder desdoblarse o tridoblarse, que los lingüistas sabrán como se dice, para poder estar en los tres a la vez. Así que con dolor tuve que decidir y lo hice por el de la Profesora Acaso. Y, como era de esperar, lo primero que hizo fue animarnos a desmontar el espacio que se nos había asignado, fuera sillas, fuera mesas hola cojines, hola suelo, hola cercanía y buen ambiente. Saborear una clase democrática, una verdadera dinámica democrática es algo que recomiendo a cualquiera que pueda tener la oportunidad de ser alumno o partícipe de una clase de esta estupenda profesora.
Mi opinión sobre esta experiencia es muy positiva, más que eso, enriquecedora al máximo pero he de decir que todo lo que la doctora Acaso nos cuenta es algo que está en el runrun de la comunidad educativa desde hace un tiempo y que algunos autores como Ken Robinson, Mark Prenski o Sumatra Mitra ya han llevado al papel. Pero debo reconocer a María su originalidad en exponer la idea de las pedagogías invisibles. Como artista plástica mira a su alrededor y descubre las contradicciones del entorno educativo las ideas implícitas en el mobiliario, las paredes, las formas y maneras que sin darnos cuenta nos llevan y nos traen a donde se supone que no queremos ir.
Os opongo estas dos clases para que reflexionéis sobre este punto.
Siempre he creído en ese dicho que oí no se donde ni sé a quien (creo que es del profesor Marina otra persona de la que conviene hablar pero no ahora) de que “Para educar a un niño hace falta la tribu entera” y la tribu es enorme…arquitectos, diseñadores de mobiliario incluidos….Es necesario que cualquiera que se anime a entrar en el mundo de la educación pregunte a las personas que van a ser educadas antes de diseñar, planificar, construir o crear un curriculum. Lo cierto es que prácticamente nunca ocurre esto ni a los niños ni los profesores se nos pregunta. Lo que a nadie sorprende por otro lado. Y por qué, pregunto yo...no se pregunta a los artistas también, o se deja a los alumnos diseñar el espacio en el que desean estar 6 horas diarias, 5 días a la semana durante 9 meses al año....
Así que mi conclusión es que la revolución, la REDUVOLUCIÓN de María Acaso es más que necesaria, más que urgente, más que inminente porque muchos de nosotros en nuestras clases tratamos de salirnos de nuestro encorsetado ambiente y saltamos a jugar y a emocionar a nuestro alumnos cada uno con sus recursos y sus capacidades.
Así que para acabar esta reflexión os animo a ser los copos de nieve, las microrevoluciones de María Acaso,y formar la gran nevada que cambiará el paisaje y a ACABAR CON LA FARSA que es la educación hoy en día.
Gracias María.
Elprofenacho
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