Durante estos días finales de mayo los institutos organizamos las graduaciones de 2º de bachillerato. Son fiestas que profesores y alumnos preparamos para agasajar a aquellos que han conseguido llegar a 2º de bachillerato después de pasar, por lo menos, 6 años en el instituto.
Hay que darse cuenta de la importancia de estos actos. Aquellos institutos en los que se les cuida y se les dedica tiempo son aquellos en los que los chicos sienten como propio el centro, como parte de sus vidas, como su hogar, (al menos 6 ó 7 horas al día) y se despiden de él en una ceremonia llena de emotividad y orgullo por lo conseguido. Es un homenaje a los padres, a los profesores y, sobretodo, a los alumnos que han trabajado duramente para llegar hasta este punto.
La liturgia y la ceremonia son parte de nuestras vidas y no debemos renunciar a ellas, El reconocimiento de la comunidad a sus jóvenes por lo conseguido les llena de orgullo, refuerza su autoestima y les prepara para lo que está por venir y es nuestro canto de cisne como docentes. Nuestro homenaje a ellos. Nuestra última clase maestra...
Hace poco escribí sobre la importancia de la inteligencia emocional en los institutos y este es un magnífico ejemplo de ello. Es duro, los profesores encargados pasamos horas decorando, montando escenarios, preparando el sonido de las salas de actos, ensayando las actuaciones de los grupos musicales, decorando la sala
y mil cosas más pero la recompensa es enorme. Compartir con los padres este momento y ver convertidos en hombres y mujeres a nuestros queridos chicos nos hace entender el sentido de la batalla diaria, nos retroalimenta en nuestra vocación y nos anima a seguir luchando contra los recortes, las leyes y mil y un adversarios que nos retan a diario en la batalla que nunca acaba...al menos hasta la jubilación.
Elprofenacho