Hola compañeros:
Experiencias. En mis días de alumno recuerdo pocos días en los que los conceptos me llamaran poderosamente la atención como para quedar indelebles en la memoria. Sin embargo sí que los recuerdos son vívidos e intensos cuando pienso en las experiencias que me tocó vivir y en particular aquellas en las que entré en un laboratorio por primera vez. Recuerdo cómo Raquel, mi alta y rubia compañera de pupitre, fue la única que se ofreció a pincharse para averiguar su grupo sanguíneo y como aluciné cuando vi moverse aquel diminuto paramecio al asomarme por primera vez al mundo microscópico....
Estas experiencias tuvieron una importancia capital en mi carrera, me empujaron a ser biólogo y profesor. Ahora como docente le debo a mis alumnos lo que mis colegas de los ochenta,en BUP, me dieron, la experiencia imborrable de aprender en un laboratorio.
El laboratorio es un sitio mágico y peligroso, lleno de productos químicos, botellas de gas inflamable, bisturíes, tijeras, innumerables frascos de cristal o porcelana. Es misterioso y atractivo, es la ventana a la ciencia, es el cuarto de la curiosidad.... Este capital que poseemos los profesores de ciencias es necesario capitalizarlo al máximo para despertar en nuestros chicos la vocación científica y el ansia por descubrir que tan humanos nos hace.
La escasez de recursos y la falta de desdobles en los horarios se han convertido en una auténtica rémora que nos impide dar, en muchos ocasiones, la suficiente dosis de descubrimiento a nuestro pupilos pero no son una excusa, la mayoría de nosotros seguimos adelante.
Para ahorrar pasamos del Ácido sulfúrico al Salfumán, del Agua destilada al agua para planchar y del Ácido acético al Vinagre de lavar. Acinamos a los 26 alumnos en el laboratorio o desdoblamos con los chicos de prácticas del Master, incluso en ocasiones le pedimos al compañero de guardia que se quede con la mitad de la clase a cambio de una sonrisa, un café, si hay tiempo, y algún otro favor que se nos pedirá a cambio. Pero lo hacemos porque la ciencia no es pizarra y tiza, es laboratorio y es descubrimiento.
Para daros una muestra de lo que se puede conseguir os dejo una de las experiencias más increibles que he vivido con mis alumnos en ese alucinante lugar lleno de magia que es el laboratorio de ciencias.
FOTOSÍNTESIS EN DIRECTO.
Un día realizamos con los alumnos de 2º de la ESO el aislamiento de los pigmentos de una planta. Tras filtrarlos y hacer una cromatografía en capa fina decidimos poner los tubos de ensayo a la luz de un viejo retroproyector y para mi sorpresa el contenido de los tubo comenzó a reaccionar. En primer lugar no emitía luz rojiza, que es lo que suele hacer la clorofila cuando no puede hacer la fotosíntesis, sino que mantenía un fuerte color verde. Además comenzó a moverse y a surgir en su interior un precipitado blanquecino que crecía poco a poco dentro del tubo. A los pocos minutos la clorofila empezó a emitir luz rojiza y el precipitado quedó al fondo.
Ante mi sorpresa una reacción a la luz se había producido en aquel humilde laboratorio escolar. ¿que era ese precipitado blanquecino? recurrí a las clásicas pruebas de reconocimiento de glúcidos es decir, usé lugol (para ver si era almidón) y Fehling para ver si era glucosa. Cuando el colorante de Fehling torno al marrón en nuestra placa de petri mi cara debió ser de momento KODAK...habíamos visto LA FOTOSÍNTESIS EN DIRECTO.....mirad la cara de los chicos al vivir aquello. ¿Alguien duda de que se quedará para siempre en su memoria?.....yo no.
Elprofenacho